El pasado jueves, 6 de agosto, se celebró una Eucaristía por las intenciones de todos los que integramos la Fundación Universitaria Los Libertadores.
El sacerdote jesuita Alejandro Rojas ofició la misa, que se transmitió por canales digitales y a la cual se unieron desde sus residencias, colaboradores, profesores, estudiantes, egresados, directivos y familiares.
Además de agradecer por el primer semestre académico y pedir a Dios por el segundo semestre que está por empezar, el sacerdote pidió por los enfermos y elevó una oración especial por el eterno descanso de quienes han fallecido recientemente, tanto estudiantes y colaboradores, como familiares.
Fue un momento especial de oración y unión en torno a las necesidades de todos los miembros de Los Libertadores, en momentos difíciles por la situación de salud que estamos atravesando.
El padre Alejandro escogió especialmente para la misa lecturas bíblicas en torno a la confianza en Dios y en la homilía hizo un llamado a entregar a Dios nuestras preocupaciones.
Lectura del libro de Jeremías. (Jr. 17, 7-8)
“Bendito el hombre que confía en el Señor
y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto”.
Confía en el Señor y haz el bien. (Salmo 37/36)
Confía en el Señor y haz lo bueno,
vive en la tierra y mantente fiel.
Ama al Señor con ternura,
y Él cumplirá tus deseos más profundos.
Confía en el Señor y haz el bien.
Pon tu vida en las manos del Señor;
confía en Él y Él vendrá en tu ayuda.
Hará brillar tu rectitud y tu justicia
como brilla el sol de mediodía.
Confía en el Señor y haz el bien.
Guarda silencio ante el Señor;
espera con paciencia a que Él te ayude.
La ayuda a los hombres buenos viene del Señor
que es su refugio en tiempos difíciles.
Confía en el Señor y haz el bien.
Del Evangelio Según San Juan. (Jn 6, 27-29)
Dijo Jesús a sus discípulos: “no trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Esta es la comida que les dará el Hijo del hombre porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él”. […]
Ellos le preguntaron: “¿qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos? Jesús les contestó: la única obra que Dios es que crean en aquél que él ha enviado”.
