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Trastorno por déficit de atención en niños: lo que los padres deben saber

Se estima que el 4% de la población mundial sufre del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)

Desde los 7 hasta los 12 años es la edad ideal para diagnosticar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, (TDAH), una condición que puede continuar y mantenerse en la vida adulta.

Probable, todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos preguntado si sufrimos de algún problema de concentración. Nos lo preguntamos al tratar de explicar algunos de los errores o momentos de despiste de los que hemos sido protagonistas.

Aunque esa duda casi todos la podemos tener, para 300 millones de personas la respuesta es un SÍ contundente, porque sufren del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), una condición que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta más del 4% de la población mundial.

Como explican muchos psicólogos, la atención es una de las capacidades más importantes en nuestras vidas, aunque se puede aprender a gestionar en cualquier etapa de la vida, se desarrolla y encamina de manera significativa en la infancia. Cuando se presentan problemas para administrarla, niños y adultos pueden tener serios problemas para adaptarse a su entorno, establecer relaciones, adquirir hábitos y estudiar o trabajar.

“Muchos piensan que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es una discapacidad, no lo es, es una condición médica que afecta tanto a niños como a adultos. No es causado por una mala crianza, se da por factores genéticos principalmente, afectaciones en el medio ambiente o problemas en el embarazo”, empieza a explicar Sandra Quintero, profesora de la Facultad de Psicología, quien tiene un enfoque clínico y es experta en el tema.

Consultamos con ella para entender mejor está condición, la cual hoy, 13 de julio, es conmemorada en el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Compartimos las partes destacadas de la entrevista.

¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad?

“El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se caracteriza por la falta de autocontrol y se describe por tres síntomas principales: déficit de atención; dificultad en sostener y dirigir la atención; hiperactividad, es una actividad aumentada, descontextualizada y sistemática; impulsividad, dificultad para aplazar comportamientos y problemas para medir las consecuencias”, relata la profe Sandra.

“Gran parte de lo que aprendemos en el colegio es a relacionarse y a comportarnos, las clases al final sirven para que el niño aprenda la estructura de la sociedad, la forma y el momento de participar o pedir”.

¿Cuáles son los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad? 

Los síntomas del TDAH pueden variar de persona a persona, pero siempre se mantienen independientemente del contexto, en general son :

Falta de atención

Dificultad para prestar atención a los detalles, cometer errores por descuido, dificultad para mantener la atención en tareas o juegos, no escuchar cuando se le habla directamente, no seguir instrucciones, dificultad para organizar tareas y actividades, evitar, disgustar o ser reacio a participar en tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, perder las cosas necesarias para las tareas o actividades, distraerse fácilmente, ser olvidadizo en las actividades diarias

Hiperactividad

Constante incapacidad para quedarse quieto, correr o trepar excesivamente en situaciones en las que no es apropiado (por ejemplo, en el salón de clases o en la mesa), hablar en exceso, dificultad para jugar o participar en actividades de ocio en silencio, estar «en el ir» o actuar como «impulsado por un motor», hablar excesivamente.

Impulsividad

Actuar sin pensar, soltar respuestas antes de que se hayan completado las preguntas, dificultad para esperar turnos, interrumpir o entrometerse con los demás.

¿Cómo se diagnostica el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad?

“Muchos piensas que un niño inquieto automáticamente tiene hiperactividad, esto no es verdad. La inquietud y la curiosidad son partes naturales y muy necesarias para el desarrollo de los niños, es cuando empiezan a explorar, interactuar con el mundo, identificar qué les gusta y a desarrollar su autonomía”.

También, advierte que muchas veces los padres no quieren reconocer que su hijo requiere algún tipo de atención especial, ellos erradamente asocian el trastorno con fallas en la crianza. Pueden ser magníficos padres, pero todavía así tener hijos con esta condición.

Sandra, explica que, en Colombia, es particularmente difícil saber cuántos casos puede haber de personas con el trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, los servicios de salud están más enfocan en reconocer y diagnosticar casos como la depresión, la ansiedad, conductas suicidas, esquizofrenia y distintas formas de violencia.

“Uno de los problemas al diagnosticar a los niños es que muchas veces los adultos vemos y tratamos a los niños como versiones en miniatura de nosotros. Esto lo que genera es que no aceptemos que ellos están en otra etapa y ritmo de aprendizaje, por lo mismo, suponemos que tienen este déficit, erradamente se le diagnostica, el otro caso es que se ignora ese comportamiento al pensar que esta simplemente en una etapa más de crecimiento”.

“Desde los 7 años se puede diagnosticar el trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, antes no es posible porque es hasta los 7 años que los niños están descubriendo y desarrollando muchas de sus capacidades y emociones. Para el diagnóstico se habla con los padres, si el niño ya tiene 8 se les pide permiso para interactuar con él. Nosotros (los psicólogos clínicos) usamos el juego como una herramienta para identificar este trastorno”.

“Se requieren unas 8 sesiones, cada una de una hora, para poder determinar si efectivamente el niño tiene el trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. Son sesiones que buscan entender el comportamiento del menor, más allá de las situaciones puntuales que sus familiares o personas cercanas reportan”.

“A partir del siglo 18, se empieza a pensar el concepto de infancia como lo entendemos hoy, que el niño es un sujeto con ideas y sentimientos propios al que el adulto debe proteger. En la mayor parte de la historia, los niños han sido anulados y tratados de forma muy insensible”.

¿Cuál es el tratamiento para el TDAH?

No existe una cura para el TDAH, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas. Los tratamientos más comunes para el TDAH son la medicación y la terapia. Los medicamentos pueden ayudar a mejorar la atención y el enfoque, mientras que la terapia puede ayudar a enseñar habilidades de afrontamiento y estrategias para controlar los síntomas.

“El apoyo es clave para el desarrollo del niño, es muy importante que todo el entorno, familiares, amigos de la familia, compañeros del colegio y sus respectivas familias, entiendan que el niño está pasando por un proceso en el que necesita ayuda, acompañamiento, que no lo discriminen ni lo aíslen. Requiere paciencia, amor y aceptación de parte de todos ellos, para que aprenda más fácil sobre su trastorno y su adecuado cuidado”.

“Es importante que el colegio establezca un plan de estudios más flexibles y ajustado a las necesidades del menor, en el que se le califique, pero entendiendo y valorando adecuadamente el progreso y avance del estudiante. Los niños necesitan un trabajo interdisciplinario en su tratamiento, debería tener el apoyo de un terapeuta ocupacional, un psicólogo y un psiquiatra. El sistema de salud atiende el caso, pero los profesionales que intervienen rara vez se comunican”.

“Muchas veces las familias también se sienten solas durante todo ese proceso, no conocen a otros capaces de entender toda esa experiencia que especialmente al inicio es muy intensa”.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo con TDAH? 

La profe, resalta que los adultos constantemente estamos orientando a los niños: “haz esto, siéntate acá, no hagas eso”. Un niño que no puede centrar su atención no puede seguir instrucciones, se pierde fácilmente en una serie de indicaciones”.

“La forma de comunicarle las indicaciones a un niño es primordial para que realice bien o no la tarea, en general, les damos indicaciones como si fueran adultos, los confundimos. Con ellos no funciona así, independientemente de que tengan o no Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad”.

“A los niños no se les puede dar indicaciones sin mirarlos a los ojos, se debe mencionar su nombre y hablarle de forma directa y clara, estar cerca de ellos al darles instrucciones. Sin que se sienta regañado, pero entendiendo que le estás pidiendo algo”.

“Te voy a pedir un favor, ¿estás listo? Muy bien, necesito esto, ¿entendiste? Se debe dar la instrucción de la forma más sencilla posible”.

Forma confusa: Tráeme el saco rojo, búscalo en el armario, ese saco debe estar al lado del otro saco blanco que a veces uso. Déjalo en esa silla.

Forma clara: Ve al armario, busca el saco rojo y tráelo.

“Muchas veces cuando el niño no cumple con la instrucción es porque no se fue claro. No aplica un castigo porque fue mi culpa que no me entendiera. Es diferente cuando no sigue una indicación a propósito, se debe ser claro que no es un castigo, sino una consecuencia por hacer o no hacer algo. Algo que pasa sin importar si se es grande o pequeño. Se le debe dar un llamado de atención con respeto”.

“Te dije que recogieras los juguetes, como no lo hiciste, mañana no podrás jugar con ellos”.

“La consecuencia debe ser proporcional. Muchos padres ejercen una consecuencia desproporcional, si el problema eran los juguetes les quitan el postre, son escenarios diferentes y por lo tanto no se deben combinar. Si no se le da postre es porque no comió lo que se le indicó o se puso a jugar botar la comida, por ejemplo”.

“Cuando no hay esa equivalencia en las acciones y las consecuencias, los niños ven a los mayores como quien tiene y ejerce poder en ti. Como niño hago caso para no tener un castigo, actúo por miedo, no porque haya un aprendizaje y una guía”.

El TDAH es un trastorno complejo, pero existen tratamientos efectivos disponibles que pueden ayudar a niños y adultos con TDAH a controlar sus síntomas y vivir vidas exitosas. Si usted o su hijo tienen problemas con el TDAH, hable con un médico o un profesional de la salud mental. Ellos pueden ayudarlo a obtener el diagnóstico y el tratamiento que necesita.

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